domingo, 4 de enero de 2015

El amor entró por la cocina y ahora me hace pensar en el futuro

Hay momentos que siento que la energía se me ha acabado para salir a caminar y volver a correr. Lo pienso y lo pienso y la verdad ya me cansé de pensarlo. Me quedan pocas horas para salir a la calle y hacerlo.

El 2014 disfruté la mayor parte de veces que experimenté en mi cocina pequeña de una variedad de platillos, la mayoría veganos y vegetarianos. No imaginé que podía introducirme en este mundo junto a mi amado Ricardo.

En este Año Nuevo hicimos un pavo Wellington que se me antojo cuando miré la receta en un programa de Navidad de Jamie Oliver fue algo distinto, pero lo disfrutamos con mi sobrino Sebastián, quien nos ofreció su ayuda. Fue divertido hornear dos pechugas de pavo, rellenarla en el interior con mermelada de arándanos, en el exterior con hongos y tocino para después cubrir todo con una masa de hojaldre. 

Reconozco que el pavo de Ricardo quedó mucho más rico que él mío. A él le encanta la cocina, disfrutó marinar el pavo, al estilo hondureño. Cuando abrió la cubierta donde lo sazonó se sentía el olor al ajo, cebolla, pimienta, clavos de olor, naranja agria y hasta el vino. Creo que usó otras especias, pero lo que sé que pude sentir su amor cuando lo probaba.  


A photo posted by Dunia Orellana (@duniacarola) on
Estoy bendecida y agradecida siento el amor de Ricardo, el de mis sobrinos, hermanos y amigos que a lo largo de un año de muchos retos pudimos llegar al final juntos. Hace dos años y medio cuando regresé a Honduras de estudiar mi maestría en España no traía muchas metas, solo sabía que tenía que volver para terminar lo que había dejado. Pasó el tiempo y sigo aquí en mi país sintiendo su aroma que hay veces me sabe a tierra mojada y otras veces a sangre. No tengo poder económico, pero si un trabajo que me dignifica. No puedo quejarme soy muy privilegiada. 

Mis metas este 2015, seguirán siendo las mismas que las del año pasado. En primer lugar alimentar mi espíritu y cuerpo de forma equilibrada,  hacer ejercicios. Seguir aprendiendo inglés. 

Hace unos días en la televisión pasaron el caso de una mujer con ocho hijos que había perdido todas sus pertenencias en un incendio en un bordo de San Pedro Sula. Era una madre soltera que no tenía nada más que sus hijos. Escuché alguien de mi trabajo decir que como era posible que tuviera tantos cipotes. Es que acaso no sabía si existían condones o métodos de planificación.

Cuestioné el argumento de mi compañera, pero me puse a pensar que a veces creemos que porque estudiamos sabemos todo. Tenía razón Sócrates. No sabemos nada. Muchas mujeres hondureñas no tienen acceso a información de planificación familiar y aunque la tengan no siempre pueden pedir información por falta de recursos, iniciativa, prejuicios religiosos o sociales. Tengo que trabajar más en la educación no formal y ofrecerme de voluntaria a programas que laboren con grupos sociales en la extrema pobreza. Hay personas que necesitan información y yo puedo ofrecerla. Así que mi meta siguiente es esa. 

Seguiré apoyando a Gojoven Honduras en el área de comunicaciones y en la Junta Directiva, pero sí quiero proyectarme más con mi cuidad. Sea lo que pase en esta nuevo año, tengo fe que vendrán tiempos mejores.