jueves, 8 de octubre de 2009

Mucho de amor poco de frijoles


"Amor y frijoles marca un antes y después del cine hondureño" escribió el bloguero Gustavo Banegas en su perfil de Facebook al referirse a la nueva cinta hondureña que conquista a la mayoría y decepciona a los perfecionistas.

"Me encantó de principio a fin" dijo Salvador Nasralla. Pero fue precisamente el inicio lo que no me gustó porque ví a una Karen (la protagonista) que lo que menos sabía era hacer era una tortilla de harina. La pobre hubiera viajado al Mercado Guamilito de San Pedro Sula para ver si quiera como se mueven las palmas de la mano y llevar al comal la base de esta deliciosa comida catracha, orgullo de la Costa Norte y que nació en el seno de los campos bananeros.

Aunque mis expectativas no eran muchas tengo que reconocer que la sala del cine estaba llena y eso es agradable ya que son escasas o nulas las producciones hondureñas que se estrenan. Lo triste es que al pasar por la "línea" de mi San Pedro ya se estaba vendiendo la cinta pirateada en 25 lempiras.

Amor y Frijoles me causa una sensación de alegría embargada en tristeza, pero en medio de la crisis política trato de ser optimista y dejarme llevar por la trama que me permitió soñar, reír y hasta juzgar así como lo logra cualquier cinta de Hollywood.

Gracias a los realizadores por atreverse a filmar una comedia romántica era necesario que alguien iniciara en este género. Tengo fe que este abono en un futuro produzca una cosecha de producciones hondureñas. [Espero que no sea como el sueño volver a ir a un mundial de fútbol]

Cuando observé a Karen me pregunté cuántas hondureñas así como ella sufrirán por la insatisfacción sexual o viven un melodrama cargado de chismes, inseguridades que desembocan en la infidelidad. Los productores[Mathew Kodath & Hernán Pereira] o la guionista [Elizabeth Figueroa] no se arriesgaron a darle un mejor final. Tenía la fe que salieran del molde, pero no lo hicieron mal. Aunque abusaron de la música de Polache la calidad de fotografía en la que emplearon cámaras digitales es respetable.

"Me da envidia que lo hagan ellos", me dijo un amigo. Sus palabras me hacen reflexionar y considerar al cine uno de mis grandes fuentes de placer. En honor a Sammy Kafatti, Katia Lara, Carla Calderón, Hispano Durón, Servio Tulio Mateo y muchos más cineastas hondureñ@s o extranjeros que se atreven a mirar el más allá de en un país estereotipado con estas palabras: "En Honduras el corcho se hunde y el plomo flota".

PD. Me llevó casi dos meses escribirlo. La inspiración estaba, pero las fuerzas emocionales no me dejaban darle publicar.

1 comentario:

Erick Santander dijo...

Sin duda alguna esta película marcó un antes y un después en el cine en Honduras. Un antes donde el cine era visto como algo que sólo los países con una cultura bien desarrollada y sobre todo bien apreciada podían realizar. Y un después porque los productores han demostrado que Honduras tiene mucho potencial, sólo necesitamos creer en nosotros mismos. Esperemos que está película, llena de imperfecciones para algunos, sea la chispa que reavive el fuego por este arte que algunas veces nos hace soñar otras nos cuentas las realidades que vemos algunas veces en nuestras vidas y/o en la de otros. En lo personal la disfrute muchisimo sobre todo fue buena experiencia compartirla con otros compatriotas porque sabíamos que sobre los defectos que podría tener era nuestra, Si, de nosotros los hondureños.